Pero, a la hora de analizar y comparar productos financieros, ¿en cuál me debo fijar para saber cuánto voy a pagar finalmente?
En estos casos siempre es recomendable acudir, en primer lugar, al Banco de España, el cual indica que la TAE es un indicador que, en forma de tanto por ciento anual, revela el coste o rendimiento efectivo de un producto financiero, ya que incluye el interés y los gastos y comisiones bancarias.
O sea, que se diferencia del TIN en que este no recoge ni los gastos ni las comisiones; solo la compensación que recibe el propietario del dinero por cederlo temporalmente.
Por lo tanto, el TIN incluye únicamente el precio que cobra el banco o una entidad privada por prestarnos el dinero. Pero es una referencia engañosa, puesto que con este dato no se puede saber con exactitud cuánto te va a costar el préstamo, sea personal o hipotecario.
Es decir, el porcentaje calculado en la TAE incluye tanto el TIN como el plazo de la operación, las comisiones (de apertura, cancelación o amortización, si los hubiera) y los gastos originados por la misma.
De este modo, con una única referencia (TAE) podemos comparar los distintos productos financieros con independencia de sus condiciones particulares y, así, elegir aquel que mejor se adapte a nuestras necesidades y particularidades, o aquel que salga más rentable para nuestros bolsillos.
Basta con una frase para que seas consciente de la utilidad de la TAE y lo relativo del TIN: un préstamo con un 0 % TIN puede resultarnos más caro que un préstamo con un 5 % TIN.
¿Por qué? Porque el préstamo con 0 % TIN tiene una comisión de apertura de un 4,5 % y un 9 % TAE, mientras que el préstamo al que se le aplica un 5 % TIN no tiene comisión de apertura y, en consecuencia, su TAE es algo menor, un 8 %.
En definitiva, antes de solicitar préstamos personales o hipotecarios asegúrate de conocer no solo el TIN, sino la TAE e infórmate correctamente de qué comisiones y gastos incluye la operación.
Para ello, WannaCash.es recomienda usar el simulador del Banco de España, ya que permite obtener la TAE de una operación de préstamo en concreto a partir del importe, de su tipo de interés, su plazo de amortización, las comisiones aplicadas y la prima del seguro de protección de pagos, en caso de que su contratación fuera obligatoria.
Este artículo ha sido escrito por el periodista Adrián Embid.
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