Como os decía el otro día en Instagram, hacía tiempo que no me apetecía tanto que llegara septiembre. Muchos proyectos y cosas buenas están por llegar, así que para encararlos con energía me he plantado delante de mi misma y me he dicho: nena, fot-li!
5 buenos propósitos para mi nuevo curso
(por lo menos hasta diciembre, que luego tocará hacer balance de año y ya nos ponemos serios de verdad…)
– ¡Mueve el culo baby!. Aaaah, cuando hablábamos de la operación bikini… qué lejos quedan aquellos michelines blanquecinos y blandengues… Pero ahora toca ¡tonificar! Este mes empiezo con mi Yoga Challenge: 10 días intensivos de Yoga Bikram. Empiezo la semana que viene, en uno de los pocos centros que lo imparten en Madrid. La semana que viene os cuento con más detalle.
– Leer un poco todos los días. Y no me refiero a blogs, revistas, los nombres de las paradas en el metro… Me refiero a toda esa pila de novelas pendientes que voy posponiendo por mil causas. 4 novelas de aquí a final de año, una por mes. Porque leer nos hace libres, ¿verdad?
– Paseos perrunos. Ya os hablé de mi niña bonita, pero todavía no os he hablado de mi moreno bravo y cariñosón… Pronto, pronto. De momento os cuento que los paseos con él distan de ser apacibles. Cuando vuelva César Millán a España ahí estaré yo en primera fila… Hasta entonces, mi pequeño de 40kg y yo tenemos una misión ¡uno dos, uno dos!
– Alimentar el cuerpazo. Menú sano, cositas ricas, recetas saludables y todo lo ecológico que me permita la economía. No soy muy cocinillas, aunque sí que me gusta de vez en cuando hacer postres o probar recetas nuevas. Un blog que sigo y os recomiendo es el de Carmen, Bizcocho de Chocolate, con menús familiares y recetas buenas y sencillas de elaboración. Aunque tengo que confesar que Arguiñano me tiene conquistada desde hace tanto…
– Salir mucho, muchísimo. Todo el rato. Me estoy planteando cómo publicar en el blog desde el bar… Para tener una vida sana hay que hacer deporte, comer bien, dormir mucho, mucho sexo y reírse a cantidades industriales. Y además, alimentar la mente con ilusiones, proyectos y nuevas ideas y la ciudad nos ofrece mil planes de todo tipo para aprender, conocer personas interesantes, saciar nuestra curiosidad,…
¡Hay que llenar el espíritu de cosas ricas!