Este fin de semana he visto Noé. Qué guapo está Russell Crowe y qué faenón se pega en la película… Qué cachas, el tío.
Dándole vueltas al papelón que a veces hacemos como humanidad, pensaba que alguno de los pecados de los que se nos acusa en nuestra cultura quizás no lo son tanto… Es decir, todo tiene una segunda lectura no? Bueno, hay mandamientos como por ejemplo, el de No matarás que está clarísimo, aquí no hay duda posible y está bien que nos hayamos puesto por lo menos esta norma de convivencia…
A veces nos sale desde el fondo del estómago una fuerza que viene del orgullo propio, de la necesidad de probarnos y probar a los demás nuestra valía. De hacer callar a los incrédulos y a los detractores. Algunos podrán confundirla con rabia, con soberbia, pero quizás para la persona que lo está sintiendo simplemente es superación, esfuerzo, un motor de evolución, sin intenciones de lastimar a nadie.
Como las dos caras de una moneda, depende de en qué lado estés, vivirás una versión diferente de la historia. Así que sigue fuerte, constante y alegre. Y confía. Y verás. Esperemos que al final la fortuna haga que la moneda caiga de nuestro lado. Y habremos probado que estaban equivocados.