#SmartCity: de lo digital/inteligente a lo pensado por y para personas – #egovernment #digitalcity


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Si hay una palabra de moda en los últimos años, es la palabra Smart.

Mucho, mucho y mucho se ha escrito con esta palabra en un sentido adjetivizado. Esto implica que siempre aparece asociada a otras palabras.

En este post se habla de Smart City, Smart Territory y Smart Government. Tres conceptos presentados bajo la adjetivización de la palabra Smart, y claro, hay cambios.

Lo importante de usar la palabra Smart es que la persona cobra relevancia, junto a comportamiento colaborativos y solidarios. Y por eso quiero enfatizar que en este post profundizo en (sin hacer un estudio ni análisis semiótico):

el significado Smart, o la imagen mental que Smart nos sugiere y que -insisto- no debe inducir a pensar en TIC, sino en personas;

el referente Smart, una ciudad sostenible, innovadora, accesible, respetuosa, inclusiva, no-excluyente, segura, de un desarrollo urbano y equilibrado a la escala de las personas; y,

el significante Smart, la palabra como símbolo tal, la suma de 5 letras).
¿Pero y las TIC? Bueno, pues quedan en su rol real. Un instrumento facilitador pero no determinante.

En este post hago reflexiones que conducirán a la idea de que ya no basta con hablar/tener ciudades smart. No se trata de que el concepto esté obsoleto, sino porque el concepto está siendo superado por academicismos, dominado por tecnologías imperantes, y la naturaleza humana y ambiental muestra que debe repensarse la relación con un medio que no controlamos, y debemos comprender mejor que las personas se reconfiguran en formas aún insospechadas. El llamado adjetivo Smart es muy potente, pero el uso acotado tanto práctico como teórico aún de a las personas en un segundo plazo, aunque muchos lo renieguen. Por eso quizás sea mejor hablar de Ciudad Pensada

El contenido de este post es la versión paralela de la sección Ciudades Digitales: cuando los modelos de innovación son sostenibles aparecida en edición de Mayo del 2016 de la Revista Computerworld de Ecuador (https://issuu.com/ekosnegocios/docs/cw286-smartcities/1?e=3663958/34933213) de la cual fui curador. En el artículo de la revista se incluyen casos y experiencias de Ecuador.

Los temas abordados en este post son:

Smart de la moda a los retos.
Smart: ¿de qué estamos hablando?

El adjetivo Smart.

El uso de la palabra Smart.

Smart se hace a través de la gente, pues sin personas no es ser Smart: no todo es TIC.

Una ciudad Smart hoy y para el futuro.
Tendencias y desafíos.

Ciudades sostenibles, innovadoras, respetuosas, 3.0.

SMART TERRITORY: una nueva forma de vivir.
Tendencias y desafíos.

Democracia y responsabilidad ubicua.

GOBIERNO ELECTRÓNICO Y SMART GOVERNMENT.
Mantenimiento y uso inteligente de las TIC actuales y futuras.

Por un Gobierno Electrónico Smart 4.0.

Smart en pocas palabras.
Smart en pocas palabras: retos.

Smart en pocas palabras: Disclosing new worlds.

Smart en pocas palabras: Smart es repensar una gestión disciplinada y creativa.

Smart en cifras.
Smart en Cifras: Gobierno Electrónico y Smart Government / Smart City / Smart Territory.

La realidad ecuatoriana no está lejos de comenzar una nueva era Smart.

Smart en síntesis.

Smart: de la moda a los retos.

Las 193 miembros de las NNUU tienen presencia online y un portal web nacional marcando un hito en el inicio de la transformación digital de las naciones.

El índice de penetración de internet pasó del 20,7% al 46,7% entre 2006 y 2013 (CEPAL).

Quito ocupa la posición 121 de un total de 148 Smart City, en el grupo de ciudades con alto potencial pero con alto riesgo de que se estanque en el proceso (Informe Cities in Motion Index , IESE – España).

Se espera tener 50 billones de dispositivos conectados a la Internet de las Cosas.

Casi el 100% de los servicios públicos reducirán su tiempo de respuesta y aumentarán calidad del servicio gracias a la interoperabilidad y a servicios omnicanal.

Más del 70% de la población vivirá en ciudades, enfrentando nuevos retos de mantenimiento de infraestructuras, aumento de polución y contaminación en zonas determinadas, y nuevos fenómenos migratorios.

Smart: ¿De qué estamos hablando?

Smart hace necesario un replanteamiento profundo de estrategias y de la propia economía. Al afectar diversos ámbitos de la vida lleva a preguntarnos: ¿las alianzas público-privadas están preparadas? ¿estamos construyendo estrategias adecuadas?, ¿la transformación digital está bien dirigida hacia sectores industriales 4.0?, o ¿existe preparación para el salto hacia modelos Smart?.

El adjetivo Smart.

El adjetivo Smart lleva inmediatamente a pensar en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), en general como tecnologías digitales y computacionales y en particular relativo al uso de internet y tecnologías móviles. Smart no es sinónimo de digitalización, la digitalización es una parte.

SMART es:

Aplicar y desplegar un pensamiento estratégico, brillante, inteligente, disruptivo y provocativo para percibir, comprender, resolver y satisfacer necesidades de las personas y sus desafíos diarios.

Buscar soluciones sostenibles con la participación y colaboración de las personas.

Una reflexión de lo que las personas en sus entornos o hábitat laborales y de vida realmente necesitan antes de proceder a la tecnificación.
El uso de la palabra Smart.

Expresiones como Smart Government, Smart City y Smart Territory son frecuentes y reflejan la preocupación de gobiernos y naciones, empresas privadas, organizaciones y emprendimientos por mejorar la calidad de vida de las personas en sus espacios de convivencia:

Smart Government como una mejora de la experiencia del ciudadano ante un gobierno.

Smart City como respuesta a ciudades más sostenibles y respetuosas.

Smart Territory ante el desafío de un nuevo espacio de habitabilidad.
Estos conceptos han evolucionado de forma independiente, pero ahora son simbióticos e integrados, por fenómenos entre otros como la convergencia tecnológica, la confusión Smart=TIC=Digital, el abaratamiento de costes y la masificación del acceso a redes y dispositivos de telecomunicaciones, la permeabilidad de las fronteras entre ciudades, países y la poca diferencia perceptiva entre administración central o local, una mayor cultura digital, y una mayor exigencia de servicios de calidad independiente de donde se generan o de quien los provea.

La importancia del tema se refleja en el gran volumen existente de inversiones y de soluciones tecnológicas y organizacionales, y de las grandes posibilidades de negocio que se están dando.

Smart se hace a través de la gente pues sin personas no es ser Smart: no todo es TIC.

Existen varios modelos de Smart City.

El modelo tradicional de Smart Cities se basa en 6 elementos: Economía (Smart Economy), Gestión del Gobierno (Smart Governance), Ciudadanía, (Smart People & Smart Citizens), Entorno (Smart Environment), Calidad de Vida (Smart Living), y Movilidad (Smart Mobility).

La Unión Internacional de Telecomunicaciones, especifica 6 categorías de indicadores de una Smart City Sostenible: TIC, Sostenibilidad Ambiental, Productividad, Calidad de Vida, Equidad e Inclusión Social, e Infraestructura Física (Grupo Temático sobre Ciudades Inteligentes Sostenibles, Informe 2014).

El Instituto IESE de España, en el Informe Cities in Motion (2015) clasifica las Smart Cities en 10 categorías: Capital Humano, Cohesión Social, Economía, Gestión Pública, Gobernanza, Medio Ambiente, Mobilidad y Transporte, Planificación Urbana, Presencia Internacional, y Tecnología –incluye TIC-.

La ASCER en el Informe SmartCity Trends (2015) identifica 28 áreas de innovación urbana dentro de 7 áreas: retomar la ciudad, movilidad alternativa, ciudad adaptativa, ciudad sostenible, identidad y turismo, ciudad saludable, y economía inteligente.

Una ciudad SMART hoy y para el futuro.

Smart City es una postura ante las nuevas formas de vida en ciudades que crecen a ritmos acelerados y demandan nuevas formas de entender la gestión de la vida en la ciudad, de vivir en ella, y de trabajar. Involucra un proceso de desarrollo, de sensibilización, de formación y de cambio que permea por igual a ciudadanos, a gestores públicos (o la administración pública), el entorno, las diversas fuentes de energía, y las TIC.

Una Smart City es sostenible e innovadora, accesible, respetuosa, segura, y busca un tipo de desarrollo urbano y equilibrado, a escala humana, de las personas, no de las tecnologías, basado en la calidad de la vida en la urbe, la eficiencia y operación de servicios urbanos, la competitividad, y la satisfacción de necesidades de las generaciones presentes y futuras en temas económicos, sociales, culturales, turísticos, ambientales, educativos, entre otros.

Tendencias y desafíos.

En una Smart City convergen diversas tecnologías: Machine Learning, M2M, Cardboards, IoT, L4G, Fibra Óptica, Realidad Aumentada, BigData, Cloud, Smart Grids, eSim, GPS y Geolocalización, App y móviles, OpenData, OpenSoftware, Deep Learning, Smart Wifi, Drones, eMobility, Balizas, sensores y emisores de señal, sistemas operativos y frameworks de ciudad (Caso de la Ciudad de Barcelona). Estas tecnologías potencian una Smart City o son la base de polos tecnológicos.

Aitor Cubo, Subdirector General de Impulso de la Administración Digital y Servicio al Ciudadano, de la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas de España, señala que la ciudad será más inteligente cuanto más feliz haga a los ciudadanos. El reto es alinear esta felicidad con el desarrollo económico, que no suelen estar alineados.

Igualmente acota que la ciudad será Smart cuando sea sostenible, cuando no se vea afectada por la polución, cuando se pueda ir al trabajo o a sitios de ocio por medios de transporte privados y públicos seguros y sin congestión de tráfico, no se genere contaminación electromagnética, no aparezcan ghetos tecnológicos ni socio-económicos, hacinamiento, o sobrepoblación, ni se viole la privacidad de las personas y se provea justicia eficaz. Israel Aragón, Consultor en Gobierno Abierto (Costa Rica) señala como problema la falta de apropiación por parte de los ciudadanos de las tecnologías y las TIC, lo que se extiende a los negocios pero con especial preocupación por las PyMEs, lo cual produce importantes pérdidas en oportunidades de desarrollo.

Ciudades sostenibles, innovadoras, respetuosas, 3.0.

Las Smart City son de las personas (llamada Smart City 3.0) y deben ser fuentes y centros de innovación y de creatividad, sostenibles y respetuosas, que demandan plataformas que integren a todos los actores urbanos. Por eso lo importante es pensar en Smart City como una estrategia socio-técnica integral donde las TIC no son relevantes pero si son la base y el habilitante principal. Ejemplos de innovaciones y estrategias son: corredores de innovación, laboratorios urbanos, sistemas de reconocimiento facial para detección de personas, modelos de madurez en estrategias de despliegue, App turísticas, Smart restaurantes, Smart building, parqueaderos inteligentes, gestión de residuos, gestión vehicular, monitoreo de fugas de agua,sistemas de transparencia y gobierno abierto, soluciones de energía distribuida, sensorización ante catástrofes naturales o humanas, alumbrado inteligente, sensorización de contenedores de residuo, gestión de zonas no-wifi, entre otras.

Jaime Albuja, Director de Promoción de la Exportación y Competitividad de ALADI, recalca sobre las nuevas posibilidades de planificar ciudades nuevas o existentes en temas digitales o en la modernización de sistemas en funcionamiento. Aunque el desafío de una Smart City es no ser una ciudad tecnificada que termina anulando la voluntad y participación de las personas.

No se trata de que todas las gestiones deben realizarse online, ni se trata de que por mantener una gestión eficiente de recursos, se descuide el desarrollo humano, económico, social y cultural. La ciudad como nuevo territorio digital tiene el reto de evitar posibles daños sociales (sexting, grooming, CyberBulling, ciberviolencia, etc.), por eso su despliegue no debe perder de vista la calidad de vida de los ciudadanos y mantener una vía de comunicación ágil y transparente con la entidad de gobierno local.

Otro desafío de una Smart City es la inversión económica, que en algunas ocasiones es alta y en otras baja. En cualquier caso las experiencias muestran que los beneficios en habitabilidad y atracción de inversiones son ventajosos. Este desafío requiere ejecutar acciones encaminadas hacia los objetivos del modelo de  Smart City a aplicar, sin caer en una erogación presupuestaria onerosa, y buscando producir servicios más económicos. Se trata de proveer estrategias estructuradas cuyo diseño y despliegue responde a cada una de las situaciones previstas y presupuestos particulares de cada ciudad.

SMART TERRITORY: una nueva forma de vivir.

Smart Territory es un entorno habitable para todos los seres vivos, sus vecinos y el ambiente o entorno. No se refiere solamente a un espacio donde se vive, como en una Smart City, se trata de un entorno sostenible y amistoso preocupado de disminuir o mitigar todo impacto negativo o situación peligrosa que surge inclusive del mejor uso de los recursos y de su compartición. Requiere innovación, conocimiento y conciencia de las personas, con el fin de usar las tecnologías para identificar situaciones peligrosas y mitigar efectos negativos.

Smart Territory repiensa el territorio y explota la posibilidad de compartir recursos.

Tendencias y desafíos.

Smart Territory debe aclarar el sentido de Smart. Mientras en algunos países posiblemente una solución inteligente sea usar sensores y servicios de banda ancha de 100 Mbps con tecnología IoT o wearables, en otros países, inteligencia Smart será vivir en un lago, en una relación innovadora de harmonía con la biósfera y el entorno usando medios provistos por la naturaleza.

La noción de territorio no se limita a lo que hay entre ciudades, que incluye carreteras, pueblos, villas o gobiernos autónomos, sino también lo que ocurre dentro de la ciudad como las comunidades o los barrios. Smart Territory son sistemas complejos que unen ciudades con zonas rurales, municipios, áreas metropolitanas, pueblos, villas, parroquias o enclaves, inclusive parques industriales, tecnológicos y educacionales, con un enfoque holístico, integrador e innovador, y que concientiza a las personas en el uso y explotación de las tecnologías y los recursos territoriales.

En un Smart Territory las tecnologías se usan para situaciones muy diversas. Por ejemplo, en el barrio de una ciudad o entre pueblos, compartir servicios inhalámbricos, seguridad e incluso televisión IPTV, o gestionar transporte multimodal y control de mercancías, sistemas de monitoreo agrícola o uso de recursos naturales compartidos, flujos de población y sus posibilidades de contaminación o de re-ubicación, coordinación de infraestructuras, compartir sistemas y políticas, entre otras posibilidades.

Democracia y responsabilidad ubicua.

Paul Rivera, CEO de RQIntec destaca el reto de que el acceso de los datos al ciudadano y la masificación  de Internet con las nuevas tendencias y necesidades tecnológicas deben ser acompañadas de una responsabilidad de uso, es decir, el territorio o ciudad tiene que complementar la entrega del servicio o acceso especifico con una capacitación y conciencia de su uso en la población, lo cual sería algo similar a desarrollar y aplicar planes corporativos de responsabilidad social.

En un Smart Territory, cuando se trata de reducir la brecha digital, el dar acceso a tecnología en zonas rurales no es efectivo sin un despliegue de educación bien articulado, y sin una promoción del beneficio de la tecnología en un territorio (comuna, hacienda, montaña, barrio, etc.) Suele suceder, por ejemplo, que cuando se da acceso a internet en un cibercafé, éste atrae jóvenes los cuales pierden el interés en actividades locales como el cultivo de su tierra. Por esto el desafío es no convertir a la tecnología en un problema social tal vez mas costoso que el despliegue de la misma tecnología.

Un reto de Smart Territory es la democratización de los servicios públicos con el modelo, una conexión-un voto, independiente de donde se viva, de hacer gestión pública por cluster de habitantes, con una administración pública integrada entre el nivel local y el central, compartiendo recursos sin quedar limitado al enfoque de datos abiertos. Esto demanda una red de gestores públicos y ciudadanos interconectados e interoperando mediante plataformas de comunicación y colaboración que permita optimizar estrategias, compartir recursos, y proveer transparencia y monitoreo continuo de los recursos y de su gestión y buen uso. Esto supone un importante avance en materia de cambio del modelo de consumo de servicios de los ciudadanos, ya que estas redes deben enfocarse en el ciudadano, rompiéndose así modelo centrado en el gobierno.

Los desafíos de Smart Territory implican co-diseñar ecosistemas tecnológicos y digitales dentro de ecosistemas ambientales y humanos. Esto requiere fuerte participación gubernamental, abriéndose de esa manera un nuevo espacio de modelos de negocio y de gestión pública.

Smart Territory se considera una extensión del concepto de Smart City pues las ciudades pueden quedar como laboratorio de prueba, pero igualmente el término Smart Territory tiene vida propia.

GOBIERNO ELECTRÓNICO Y SMART GOVERNMENT.

Gobierno Electrónico busca una mejor calidad de vida de los ciudadanos y una mejor experiencia cívica para el ejercicio de derechos y cumplimiento de obligaciones, mediante la aplicación de las TIC al funcionamiento del sector público, para incrementar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana.

Smart Government es la implementación de procesos y capacidades TIC que permiten a las entidades de un gobierno compartir información y hacerla fluir, lo que permite servicios predictivos o anticipatorios para mejorar la relación del ciudadano con el gobierno, siendo claves la interoperabilidad y la innovación. Gobierno Electrónico es la base de Smart Government.

Mantenimiento y uso inteligente de las TIC actuales y futuras.

Para Carmen Gambín, Coordinadora de Gestión Pública en e-StrategiaPublica, Gobierno Electrónico es una caja de herramientas y por lo mismo debe anticiparse y adaptar tecnologías para, una vez instaladas y omnipresentes se introduzcan prácticas de gestión innovadora orientadas a rendición de cuentas y ahorro del gasto público, transparencia, legitimidad, y fortalecimiento de la democracia.

Las actuales tendencias tecnológicas a considerar son 4:

(1) Big Data y Data Analysis,

(2) Internet de las Cosas (IoT, Internet of Things) y dispositivos del tipo wearables,

(3) apertura de procesos, openda data y gobiernos abiertos, y

(4) movilidad y ubicuidad.
Hay retos tecnológicos que incluyen otros aspectos tales como: el despliegue de infraestructura TIC, provisión de servicios electrónicos que acerquen al ciudadano al gobierno, dotar a la ciudadanía de acceso a contenidos, tecnología digital y comunicaciones, dar mantenimiento y robustecimiento a sistemas transversales instalados y sistemas legacy, sostenibilidad del modelo de gobierno electrónico, uso equilibrado de software libre y estándares abiertos, garantizar la defensa digital y ciberseguridad, y la seguridad y privacidad computacional y jurídica en la información, datos, y en firma electrónica y en dinero electrónico. 

Por un Gobierno Electrónico Smart 4.0.

Hay retos de gobernanza. Carmen Gambin hace hincapié en la riesgosa confusión de ir hacia gobierno abierto, especialmente en la región a excepción de Uruguay y Chile, pensando que se ha superado la etapa de gobierno electrónico. En este mismo sentido se expresa Jaime Albuja, Director de Promoción de la Exportación y Competitividad de ALADI, quien señala se está creyendo que la virtualización de procesos es el fin del gobierno electrónico, olvidando que lo importante es una sociedad de confianza que claramente demanda despliegue de infraestructura y procesos más rápidos y con cero o ningún costo a las empresas y ciudadanos. Israel Aragón, Consultor en Gobierno Abierto, indica que queda mucho aún por desarrollar en la mejora e innovación constante de procesos a partir de la información recopilada por los servicios de gobierno electrónico para sacarle provecho en tiempo real. Aitor Cubo, Subdirector General de Impulso de la Administración Digital y Servicio al Ciudadano, de la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas de España, agrega que se debe garantizar el buen gobierno, lo cual requiere la democratización de los servicios y la reducción de la brecha digital que requieren inversiones en educación y formación con contenidos de utilidad.

El desafío es ir a un Gobierno Electrónico Smart 4.0. Se trata de contar con los recursos y la capacidad para dar sostenibilidad a la gobernanza tanto de base tecnológica como a toda la política relativa al manejo y cercanía de los datos y la información a los ciudadanos. Aparecen ahora nuevas necesidades de gestión de los recursos críticos, del soporte inteligente, y de las competencias digitales, y de la gestión social del cambio y la resiliencia ante la tecnología, lo cual demanda: soluciones de consultoría en estratégica innovadora que alineen esfuerzos que parecen dispersos y, de plataformas que gestionen las conversaciones entre los diferentes actores de un gobierno y de las personas. Enfrentar y asumir estos desafíos permite sentar las bases de confianza para conseguir un gobierno con procesos 4.0 y atraer una industria 4.0.

Smart en pocas palabras.

Smart en pocas palabras: retos.

Smart Government, Smart City y Smart Territorty coexisten. Sus soluciones se relacionan a diario por sus estrategias y planificaciones y por las tecnologías.

Smart no es automatizar un trámite, poner internet los parques, crear cientos de Apps, o usar GPS.

Smart evidencia el error de que las personas, ciudades y territorios son adaptados a la oferta TIC y no viceversa.

Smart requiere regulaciones que potencien la innovación, no se generen barreras de entrada y se minimicen las consecuencias negativas de la modernización tecnológica y TIC.

Smart al incorporar dispositivos tecnológicos debe analizar información desde antes y evaluar su nivel de rechazo.

Smart permite que el proceso de liberación de tecnología vaya precedido del análisis del impacto social que pueda darse según la zona donde se despliega.

Smart deja claro que no se debe automatizar, digitalizar, virtualizar o tecnificar lo innecesario para las personas.

Smart como pensamiento inteligente, requiere focalizarse en soluciones sencillas y prácticas basados en: uso de la nube, apertura de datos, apertura de wifi en edificios públicos, open source, baja de tarifas arancelarias y que muchos modelos serán del tipo freemium o longtail.
Smart en pocas palabras: Disclosing new worlds.

Smart obliga a los gobiernos y a los policy makers a educarse en los ámbitos involucrados para tener muy claro todas las aristas que se verán afectadas.

Smart como pensamiento estratégico permite que pequeñas organizaciones, ciudades o territorios ofrezcan servicios de la misma calidad que las megápolis, las grandes empresas o las naciones desarrolladas.

Smart basa su análisis social en modelos clásicos como la Pirámide de Maslow y los factores de Herzberg, con aspectos etnográficos y antropológicos.

Smart obliga a desplegar modelos de innovación estratégica sostenible lo cual requiere esfuerzos de formación y experiencia en las consultoras para producir soluciones y diseños de ciudad, de territorio y de gobierno realmente adaptativos y escalables a escala humana.

Smart requiere en los gobiernos la continuidad de las políticas públicas y de las estructuras funcionariales para dar estabilidad a los proyectos.

Smart aborda las redes de personas como redes de conversaciones y redes de compromisos y empatías, lo cual permite innovar soluciones existentes o nuevas hacia la dimensión 3.0 del gobierno de personas.

Smart pone como aliados al sector privado y el sector público, ya no como antagonistas.

Smart potencia las Alianzas Público-Privadas al promover soluciones Smart que incorporen la idea de desarrollo sostenible como parte fundamental del progreso de las comunidades.

Smart innova la innovación … nos pasa de la dicotomía de innovación cerrada versus abierta, a la post innovación entre aislada y relacional.
Smart en pocas palabras: Smart es repensar una gestión disciplinada y creativa.

Smart obliga a preguntarse ¿qué hago luego de automatizar? Si no hay respuesta, la persona lo nota y busca sus posibilidades.

Smart plantea soluciones una vez que las personas han opinado y se han detectado sus necesidades reales.

Smart mal planificado cuestiona a proveedores, genera falta de confianza en los gestores públicos, y produce pérdidas de oportunidad.

Smart sin estrategias de alto nivel las pagan las personas, y los gobiernos y las empresas se quedan con infraestructura TIC inmovilizada o mal utilizada, gasto público mal gestionado y déficit presupuestarios, y problemas de ineficiencia operacional.

Smart implica procesos de análisis e impacto, priorización, personalización, ensayo, instrumentalización, evaluación y aprendizaje.

Smart mide su éxito, no por lo novedoso de una solución o su proyecto, sino por el aporte al desarrollo real de un grupo de personas medido en indicadores concretos como el PIB.

Smart no implica replicar ni duplicar modelos exitosos de otros gobiernos, países o ciudades, todo depende de características propias de cada receptor.

Smart al copiar modelos, siendo frecuentes casos de Uruguay, Chile, Estonia o Korea, o ciudades como Barcelona, SongDo, Río de Janeiro, Marsella. New York o Londres, precisa un periodo para aterrizar, comprender y adaptar los procesos sociales y de madurez tecnológica que cada gobierno, ciudad o territorio han vivido.

Smart sabe gestionar la gran cantidad de personas que formalmente no se clasifican como innovadoras pero que son quienes hacen funcionar a la ciudad, al barrio a la empresa… Smart sitúa a los denominados o auto-denominados innovadores en su sitio adecuado en la cadena de desarrollo urbano/territorial y socio-económico.



Smart en cifras.

Smart en Cifras: Gobierno Electrónico y Smart Government / Smart City / Smart Territory.

75% de las compañías encuestadas está invirtiendo o planea invertir en Big Data en los próximos dos años (Gartner).

40% de países miembros de las NNUU tiene habilitadas las características de opinión de los usuarios (UNPAN).

51% de las ciudades Europeas de más de 100.000 habitantes han sido clasificadas como ciudades inteligentes. 600 ciudades del mundo albergan a la quinta parte de la población y generan el 60% del PIB mundial.

Impresoras 3D han sido un elementos disruptor en los medios de producción, salud, o educación, que aún no despega con modelos de negocio nuevos.

1400 millones de dólares es la inversión que se alcanzará en Big Data Analítics en América Latina (IDC) pero con resultados y beneficios que superaría esta inversión. Data Analysis y Big Data Analitys serán grandes aliados de la empresa y los gobiernos si comienzan a explotarse modelos robustos de cómputo.

7 dólares es el valor de mercado actual del nuevo móvil Freedom 251 mostrado en el World Mobile Congress, que unido a las nuevas eSIM y los cardboards, se abren nuevas disrupciones importantes en el mercado de las telecomunicaciones, el ocio, la educación, la producción y la gestión.

1% se usa de los datos recogidos por IoT (Cloudera).

El 2% del territorio mundial son ciudades, que consumen el 75% de los recursos y la energía mundial y generan el 80% de los gases responsables del efecto invernadero.

El 76% de empresarios PyMe de la región estiman que este año será mejor que el 2015, y el 57% planean invertir (Brother International Corporation).

1,2 billones de euros será el gasto en Internet de las Cosas, el cual crecerá desde 600mil millones, y esperando crezca a 6 billones el 2020 (GeneXus).

20-20-20 es la objetivo para el 2020 de la UE: 20% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, 20% de ahorro en consumo de energía mediante mayor eficiencia energética, y 20% de promoción de energías renovables.
La realidad ecuatoriana no está lejos de comenzar una nueva era Smart.

83 es la posición en el ranking de Gobierno Electrónico de las Naciones Unidas (el 2012 ocupaba el puesto 102).

3:1 es la relación entre hogares urbanos versus rurales, supera la relación 3:1 lo cual abre muchas oportunidades de crecimiento a nivel de oferta de servicios, si bien se ha mejorado notoriamente en despliegue de infraestructura y conectividad (CEPAL).

14 millones de teléfonos móviles están operando de los cuales 5 millones son inteligentes, lo cual deja un mercado muy grande de oportunidades a nivel de comercio móvil. 44,26 dólares es el promedio mensual de gasto en internet.

Están operando o en producción diversos componentes que son la base de soluciones Smart, entre otros: GPR, gestión documental, plataforma de Contacto Ciudadano, Tramitón, Ventanilla única virtual, catálogo de datos abiertos del Sistema Nacional de Información, la Ley Orgánica de Gestión de la Identidad y Datos Civiles, el Índice de Digitalización Parroquial, o un nuevo DataCenter con servicios robustos de nube.

GADs. Aunque algunos ya tienen madurez suficiente para ser Smart, restricciones presupuestarias afectan este proceso, lo cual demanda ofrecer estrategias estructuradas según necesidades y particularidades.

Es el año de la nube. Esto permite democratizar servicios y crear mercado a costes menores y con más despliegue nacional. Aun queda generar modelo de precios más competitivos y que las empresas confíen y conozcan más de los modelos de gestión de nube.

13 millones de transacciones mensuales en el Bus Gubernamental de Datos lo que reduce trámites con el consecuente beneficio en ahorros para los ciudadanos y el gobierno. Esto muestra madurez y ahorros que el sector público y privado debe aprovechar. La interoperabilidad se estima que puede llegar a un 80% de ahorro en el gasto público (e-Strategia Pública) y claramente en el privado.

PyMEs. Son las principales favorecidas con la Internet de las Cosas al acceder a datos masivos en línea con costes a la baja y a nuevas oportunidades de crecimiento mediante el Data Analysis.

En los próximos años, la Internet de las Cosas crecerá y traerá consigo manipulaciones informáticas y de privacidad, es por ello que los gobiernos y los contratos de servicios a nivel residencial, corporativo, e industrial y las normativas de gobierno deben estar ligadas a regulaciones completas y claras y buenas prácticas de, por ejemplo, seguridad de la información, transparencia, o buen uso de datos.

8 años han pasado desde que se emitió el Plan Nacional de Buen Vivir (PNBV), documento rector del Gobierno de Ecuador. En febrero, el Sheik Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, Vicepresidente y Primer Ministro de los Emiratos Árabes Unidos y Gobernador de Dubai, declara la importancia de tener ministerios de felicidad, tolerancia, juventud y futuro. El PNBV ya considera estos, y otros temas.

Smart en síntesis.

Smart: mercado y negocio que crece hoy y busca estrategias, modelos e innovaciones sostenibles y disruptivas ahora.

El enfoque para abordar las diferentes necesidades o requerimientos de ciudades, territorios, gobiernos o países, es multidisciplinario, con procesos transversales, y modelos innovadores, con el ciudadano como actor protagonista co-creador y co-diseñador del proceso de cambio y escalamiento de acciones.

Se busca una planificación estratégica seria y responsable, entre consultores, clientes y beneficiarios, que plantee caminos a seguir, en cuanto a innovación y a tecnología a desplegar, y priorice acciones que den sostenibilidad al proyecto Smart y continuidad a sus resultados.

Es imprescindible procesos participativos de las personas para construir gobiernos, ciudades y territorios que respondan a las comunidades y al medio ambiente.

Como corolario cabe decir que la palabra Smart seguirá siendo usada como sinónimo de TIC, pero no hay que olvidar que las TIC pueden fallar y no se puede decir a las personas, tu vida en tu ciudad, tu gobierno o tu territorio, debe esperar a que re-iniciemos el sistema.  

Por eso, las ciudades deben pensarse y no ser tan Smart.

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Partiré con un pensamiento simple: si conoces el término Smartphone, conoces el término Smart City, llamadas así porque por supuesto este tipo de ciudad cuenta con la inclusión digital necesaria para el desarrollo de una o su comunidad ... y todo gracias a "juguetes" como los smartphone. El problema es que la urbanización digital no siempre es la adecuada y se pierde el rumbo o mejor di ...