Los fotógrafos ‘serios’ podrían fruncir el ceño al leer esto, pero no deberías ignorar completamente los modos prefijados de exposición de tu cámara, especialmente cuando estás aprendiendo. Por ejemplo, el modo "Paisaje" fijará, por regla general, una apertura menor a la vez que "saturará" los colores, mientras que el modo "Retrato" combina una mayor apertura junto con unos colores más sobrios. Ambos modos pueden ser empleados más allá de los propósitos para los que fueron concebidos: es simplemente una cuestión de comprensión de cuáles son los parámetros que modifica cada modo para comenzar a explotarlos creativamente.
22. No olvides el modo (P)
El modo "Programa" (P) te ofrece prioridad tanto a la apertura como a la velocidad del obturador de modo conjunto y, digamos, semi-automático. Si te urge una apertura mayor para tu exposición, simplemente fija el modo (P) en el selector de modo de tu cámara.
23. ¿Cuál es mejor, prioridad a la apertura o a la obturación?
En pocas palabras, la apertura controla la profundidad de campo en una imagen y la velocidad de obturación controla cómo se registra el movimiento en tu toma. ¿No estás seguro cuál modo elegir? Decide sobre cuál de estas dos opciones deseas conseguir el mayor control para tu toma y esa es la prioridad que tendrás que elegir.
24. Conocer el rango dinámino de tu cámara
Hasta que no conozcas el rango dinámino del sensor del cuerpo de tu cámara (incluso cómo se comporta éste con tu batería de objetivos), realmente no sabes cuando obtendrás los resultados que esperas, de modo que te expones a perder numerosos detalles tanto de luces como sombras.
Hay numerosas formas de conocer el rango dinámico por tu cuenta, aunque te recomendamos una visita a www.dxomark.com, donde tienen una amplia variedad tanto de cuerpos como de cuerpos+lentes para seleccionar y conocer de una forma muy precisa hasta donde es capaz de llegar tu cámara.
25. Compensar la exposición
Seguramente seas ya capaz de ajustar la exposición de una imagen en tu software de edición. No obstante, ya habrás visto que mejorar la iluminación de una toma con una exposición insuficiente generar un molesto ruido en la foto resultante. Por su parte, también habrás comprobado que recuperar fotos sobre-expuestas resulta prácticamente imposible.
Para evitar estas situaciones te recomendamos que compenses manualmente la exposición ya que, a menudo, la función de exposición automática de la cámara no es capaz de elegir la exposición óptima para cada escena. Estos son los casos en los que precisamos “compensar la exposición”.
Por ejemplo, con la elevada reflexión de una escena nevada, la función de exposición automática tiende a oscurecer la escena para compensarla, haciendo la nieve gris y las caras de las personas oscuras. En este caso, mediante la compensación de exposición positiva la cantidad de luz aumenta.
Además, en escenas donde hay un negro intenso con baja reflexión de luz, la exposición automática aumenta la luminosidad de la escena, haciendo las caras de las personas muy blancas. En este caso, mediante una compensación de exposición negativa, se reduce la cantidad de luz.
¿Qué te está pareciendo estos trucos y consejos? Pronto la cuarta entrega