vía
Desde hace algún tiempo he logrado vencer la pesadez del domingo noche a la espera del lunes rutinario, porque desde hace algún tiempo los lunes son menos lunes para mí. Desayuno tranquila, empiezo la semana despacio, arranco a mi ritmo. Esto supone que muchos sábados y domingos trabajo, pero estoy logrando que las horas de ocio y de trabajo fluyan de un modo mucho más natural en mí y en mi ritmo de vida.
¿Que porqué os cuento esto? Porque resulta que hoy lunes, de los nuevos lunes que tengo últimamente, me toca mudanza otra vez. Y me pilla blandita y con morriña. Y me muero de ganas de llegar a mi destino. Y también de quedarme por aquí. Así que mientras me tomo mi café mañanero, aprovecho para dar las gracias a mis amigos y familia, que me quieren y me cuidan y me ayudan y me apoyan y me dan aliento y alas. Y todos los nuevos amigos que me voy encontrando por el camino, que me regalan tantísima energía.
¿Cómo hago para agradecer tanto amor desinteresado? Diciendoos que la distancia importa tan poco cuando sois tan importantes para mí.
Feliz lunes, amigos.