Oleg Oprisco
Qué exquisita melancolía saber que no te querré nunca más. Nunca más a partir de hoy. Nunca, asintió Marina en el metro de las tres. Y que puedo al fin desajustarme con dolor cada uno y todos los pensamientos recurrentes, esos que me obligaban a atarme a tu quererme, a tu siempre quererme malo.
Qué exquisita nostalgia saberte perdido mañana en un recuerdo que hoy entierro ahora y acá mismo para dejar de tenerte dolor. Para dejar de quererte con amor. Para desatarme de tu siempre quererme malo y mi más sincero quererte bueno.
Luciana Salvador Serradell