Cuando contratamos un servicio de Internet con una operadora, nos informan sobre la velocidad de conexión contratada. Sin embargo, esta velocidad de Internet teórica no suele corresponderse con la realidad. Hay diversos factores que influyen para que no nos llegue la velocidad que debería. La velocidad es muy importante para poder navegar por cualquier web y que todas las páginas carguen sin problemas, ejecutar tareas con el ordenador de forma diligente y descargar todo tipo de archivos, entre otros procesos.
Así, para despejar dudas y conocer la velocidad real de nuestra conexión existen los tests gratuitos de velocidad de Internet.
Cómo medir la velocidad de Internet
Medir la velocidad es muy sencillo pues solo es necesario acudir a la página web apropiada y pinchar un botón para iniciar la prueba. En la actualidad, la web testvelocidad.es constituye uno de los mejores portales para realizar este tipo de test. Ofrece resultados precisos y en un margen mínimo de tiempo. La medición de esta velocidad es efectuada en tres fases consecutivas:
La primera fase mide la velocidad de descarga, es decir, a qué velocidad llegan los datos al ordenador del usuario;
La segunda fase calcula la velocidad de subida o los datos que son enviados desde el ordenador a Internet;
La última etapa mide la respuesta o número de milésimas de segundo que necesita el equipo para conectarse a Internet.
Esta prueba dura tan solo unos 20 o 30 segundos y proporciona datos exactos que servirán al usuario para descubrir si su velocidad cumple con las expectativas ofrecidas por el proveedor. En caso contrario, el usuario deberá averiguar qué factores están incidiendo en una velocidad inferior a la deseada.
Factores que influyen en la velocidad de Internet
Entre los factores más comunes que influyen de forma negativa en la velocidad de la conexión a Internet se encuentran:
Colocación del router. Un error muy común es situar el router dentro de la casa a demasiada distancia de los equipos o con obstáculos físicos, lo que afecta a la conexión wifi.
Dispositivos conectados al mismo tiempo. En este caso, si hay diversos equipos conectados a la misma señal wifi, pueden influir en su rendimiento.
Equipos no optimizados. Otro problema muy común es que los equipos informáticos no estén actualizados u optimizados. De este modo, no aprovechan todo el potencial de la conexión a Internet e incide en la velocidad de navegación.