Cada país presenta sus particularidades en cuanto a cultura, inversión y prioridades de financiamiento en innovación.
Pero resaltar las buenas prácticas que han dado resultados positivos en materia de innovación es importante para inducir debates que conlleven a crear las propias políticas de innovación.
Y ¿porqué importa ésto? Simple. Todos anhelan la innovación, desde el joven emprendedor o visionario, hasta la transnacional más consolidada. Quienes llevamos la innovación como parte del ADN emocional y profesional nos preocupa que todos disfruten de sus beneficios y no quede todo en algo pasajero y por eso repaso y resumo el caso de Korea del Sur.
Corea del Sur es un caso interesante de innovación, no porque sean exitosos, que lo son, sino por la forma cómo la enfrentaron. Y por supuesto hay que decir que cuando partieron tampoco las cosas estaban muy claras, pero al menos en perspectiva ahora hay un pensamiento maduro, más que un modelo maduro.
El desarrollo económico de Corea del Sur (John Duncan)
Caso: Corea del Sur.
Según el informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), "Cómo repensar el desarrollo productivo", del 2015, el desarrollo de la innovación en Corea de Sur se dio en 4 etapas.1/4.- Etapa de aceptación.
Etapa que va desde los 60 a los 70. Aquí se resalta una Corea que aprende haciendo.
En sus inicios se encuentra con escasez de capacidades tecnológicas en las empresas locales y con limitado capital humano.
Aceptando las deficiencias que se tiene, el gobierno compra tecnología y crea escuelas de ingeniería y ciencias aplicadas.
Esto se realiza pensando en el futuro crear infraestructuras para avanzar en la tecnología y la ciencia.
Y, de igual forma, se impulsa la inversión extranjera facilitando la transmisión de tecnologías e invierte 0,5% del PIB en I+D.2/4.- Etapa Imitativa.
Va desde mediados de los 70 a mediados de los 80.
Se adaptan las tecnologías extranjeras pasando a los acuerdos a un nivel de transferencia tecnológica.
Ya no solo se quería atraer tecnología extranjera sino que además se quería aprender de ella.
El nivel de participación del sector público se hizo más activo, no solo se estaba invirtiendo en infraestructura y otorgando financiamiento sino que además participaba directamente en actividades I+D y transfería el conocimiento a las empresas privadas.
La participación y constancia del sector público en actividades de innovación aumentó la confianza del sector privado quien decidió invertir en I+D aunque en menor proporción que el Estado, alcanzando un total de 1,41% de inversión en esta área.3/4.- Etapa de desarrollo.
Va desde los años 80 hasta mediados de los 90.
Aquí el empoderamiento de las empresas coreanas era evidente. Ya habían encontrado el camino para liderar proyectos de innovación.
En esta etapa el sector público vuelve a tener protagonismo al facilitar el camino de las empresas para crear sus propios centros de I+D. Así la inversión en esta materia aumenta significativamente a 2,32% en 1994.
A partir de este momento la inversión en innovación pasa a ser mayoritariamente por parte de las empresas privadas.4/4.- Etapa de Madurez.
Va desde mediados de los 90 hasta la actualidad.
Es una etapa que requiere de reinvención por parte de todos los involucrados en el sistema productivo (empresas, gobierno, universidades e interesados) que permita implementar un sistema de innovación creativo para que se sostenga a largo plazo en el que se tome en cuenta a las pymes posibles portadoras del gen de innovación.Conclusión.
A lo largo de la historia de innovación de Corea del Sur ... de 50 años!!!!, se resalta la participación positiva del sector público con políticas distintas en cada etapa que incentivan la confianza de los otros sectores para unirse al proyecto de innovación del país.
Pero, igualmente el espacio dejado, planteado y pensando para el sector privado no es menor, de hecho se realza, reconoce y apoya, pero no como dos ejes de desarrollo, sino como uno.
El caso de Corea del Sur, en materia de políticas de innovación, es totalmente replicable (que no es lo mismo que copiar) en cualquier región que desee impulsar la innovación.
No obstante, el éxito estará en el arte de combinar las buenas prácticas realizadas o a ejecutar en cada etapa del proceso, y que han sido resaltadas en este post.
Es clave establecer el deseo de contar con una cultura innovadora en la región que se desea implementar.
Y este es el reto de gobiernos, sector privado y sector social: saber construir políticas de innovación sólidas que construyan un marco de innovación sostenibles, alineadas a cultura, inversión y prioridades de financiamiento ... y que sea una política transversal a los gobiernos, un acuerdo nacional.
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Referencia citada:
Crespi, Gustavo; Fernández-Arias, Eduardo, y, Stein, Ernesto. (2015). ¿Cómo repensar el desarrollo productivo? Políticas e instituciones sólidas para la transformación económica. BID. 511. pp. [Enlace: https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/6634/%C2%BFC%C3%B3mo%20repensar%20el%20desarrollo%20productivo%3f%20Pol%C3%ADticas%20e%20instituciones%20s%C3%B3lidas%20para%20la%20transformaci%C3%B3n%20econ%C3%B3mica.pdf?sequence=1]