Raro es el turista que no se deja caer por esta conocida sierra para visitar sus múltiples monumentos y casi todos han oído hablar del Palacio de la Pena, el Castillo de los Moros o el Palacio Nacional de Sintra. Pero pocos, muy pocos conocen la Quinta de la Regaleira aunque, paradójicamente, está situada a escasos metros del Palacio Nacional.
Esta Quinta (en español, finca) fue mandada construir por el millonario portugués Antonio Augusto Carvalho Monteiro a principios del siglo XX en los terrenos adquiridos a la vizcondesa de la Regaleira. El palacio es obra del arquitecto italiano Luigi Manini (1848-1936) un precioso edificio construido en estilo manuelino y renacentista. Pero lo más destacable de la Quinta da Regaleira no es el palacio sino los jardines.
Estamos ante un jardín simbólico y como tal está repleto de grutas, fuentes, pasadizos, una capilla y un pozo iniciático. Todo ello adornado por una exuberante vegetación. Carvalho Monteiro quiso dejar impreso en estos jardines su concepción de la vida y del universo y lo concibió como un viaje iniciático que haría pasar al aspirante por diferentes pruebas, relacionadas con el cielo y la tierra. Mitología, Virgilio, Dante, Camões, la Orden de Cristo (h eredera portuguesa de los Templarios) y conceptos relacionados con la Alquimia están presentes en los rincones de este jardín a través su trazado, de los grupos escultóricos y del simbolismo de los mismos. Veamos algunos de los lugares más significativos de este impresionante lugar.
Jardines
Aunque pueda parecer que la vegetación de los jardines crece sin un orden predefinido, la realidad es muy diferente. En la parte inferior de la Quinta, que es donde comenzamos el recorrido, el jardín se presenta muy cuidado y ordenado; a medida que avanzamos en nuestro camino la vegetación se va haciendo cada vez más salvaje y boscosa, hasta llegar a la cima de la montaña que es donde se encuentra el pozo iniciático. Los jardines están construidos siguiendo el modelo presentado por Dante en la Divina Comedia y sus caminos sinuosos y escarpados hacen referencia a las dificultades de la vida y la bajada del alma a los infiernos.
Corredor de los dioses
Encontramos aquí la primera referencia a la mitología clásica en la forma de nueve estatuas que representan dioses greco-romanos. Hermes, el llamado ?mensajero de los dioses?, preside la entrada portando en sus manos el símbolo que le caracteriza: el caduceo. Representaciones de divinidades como Apolo, Baco, Venus, Ceres o Hefeistos se suceden a ambos lados del camino. Como colofón a este pequeño Olimpo, un imponente león en bronce, en actitud defensiva, nos invita a iniciar el camino ascendente por entre senderos y vegetación.
Sin orden geográfico, destacaremos algunos de los elementos más importantes de este recinto:
Pozo iniciático
Situado en la cima de la colina que forman los jardines, es el punto culminante de este recorrido simbólico. Una vez superada la puerta en piedra que preside la entrada, nos encontramos ante un amplio pozo circular con una escalera en espiral que desciende hasta llegar a una galería subterránea. La escalera, toda en piedra, está decorada con ventanales y columnas, también en piedra; y en el fondo del pozo, una estrella de ocho puntas sobre una cruz templaria. Algunos autores afirman que este pozo es una alegoría al descenso a los infiernos referido en la Divina Comedia de Dante mientras que para otros autores, está en relación con ritos masónicos de iniciación. Sea como sea, lo cierto es que el descenso hasta lo más profundo de la tierra, es un tema común a diversas tradiciones antiguas, como la egipcia o la griega por poner algún ejemplo. Es el paso de la vida profana a la espiritual. Finalmente, el pozo desemboca en una serie de corredores que se entrelazan formando un pequeño laberinto; habremos de recorrerlo hasta llegar a un pequeño lago-gruta, de donde saldremos saltando sobre unas piedras dispuestas en forma de camino sobre el agua. ¡Toda una aventura!
Gruta de Leda
Aquí encontramos una gruta ovalada con un banco de piedra a su alrededor y al fondo un pequeño estanque presidido por una representación del mito griego de Leda y el Cisne, todo ello en mármol blanco. Este mito cuenta la transformación a que se sometió el dios Zeus, que se convirtió en cisne, para poder fecundar a Leda, la doncella virgen. En esta representación, Leda porta en su mano izquierda una paloma, símbolo del Espíritu Santo. Según afirma el Profesor José Manuel Anes[1] en su artículo «A Mansão Filosofal de Sintra», la escultura representa una versión pagana de la Inmaculada Concepción, no negando el mito griego, sino al contrario, reforzándolo. Así, la Virgen-Leda es fecundada por Dios-Zeus mediante la ayuda de la paloma-Espíritu Santo. Esta gruta está situada bajo otra de las construcciones simbólicas de este recinto, la Torre de la Regaleira, en forma de cilindro que simboliza, según algunos estudiosos, el eje del mundo.
Capilla de la Santísima Trinidad
Como todas las edificaciones del recinto, está realizada en estilo manuelino. En su interior alberga símbolos masónicos, templarios y católicos destacando los símbolos alusivos al culto al Espíritu Santo, muy arraigado en algunos lugares de Portugal, como por ejemplo, las islas Azores. Por unas empinadas y angostas escalerillas, es posible bajar al sótano de la capilla que nos reserva una sorpresa: un altar situado bajo el altar del piso superior. Finalmente, por un pequeño túnel es posible salir de nuevo a los jardines, en una terraza por debajo de la entrada a la capilla.
Estos son, sólo, algunos ejemplos de las fascinantes sorpresas que nos reserva este lugar idílico de la Sierra de Sintra, en Portugal. La Quinta da Regaleira es, sin duda, un lugar misterioso y lleno de encanto; de esos que perduran en la memoria mucho tiempo después de haberlos visitado.
Carmen Morales
Enlaces de interés y bibliografía:
http://www.minube.com
http://www.regaleira.pt
http://pt.wikipedia.org
Lugares Inesquecíveis de Portugal. Edições Esquilo, 2011.
[1] Escritor y Doctor en Antropología de la Religión.