Realicé mi visita en pleno invierno, cuando la climatología presenta su faz más implacable, por eso, lo primero que me llamó la atención de este lugar fue la fuerza de los elementos: la inmensidad del océano, la agitación y profundidad del agua, las olas bravías golpeando contra las rocas y el poderoso y sobrecogedor aullido del viento. No es de extrañar que este lugar fuese conocido en la antigüedad como ?el lugar donde se inician las tormentas? o ?el fin del mundo conocido?. Sobre el promontorio se erige la Fortaleza de Sagres que, durante el s. XV, se convirtió en núcleo de la expansión marítima portuguesa.
Os dejo algunas imágenes de mi visita y espero que os gusten. ¡Hasta el próximo viaje!