Imagina que dibujas dos líneas horizontales, paralelas y equidistantes del punto de mira, y a continuación otras dos, también paralelas y equidistantes, pero verticales. Descubrimos que los puntos donde se cruzan las líneas describen posiciones que se definen como puntos fuertes. Son las zonas a las que va a parar el ojo del observador de manera instintiva. Por eso es importante que coloques precisamente en uno de esos puntos fuertes el sujeto principal.
La importancia de los puntos fuertes es tal, que ciertos fabricantes de cámaras colocan una cuadrícula en el mismo visor que marca esos puntos y simplifica el encuadre. En algunos casos, incluso, se han creado cuadrículas luminosas o se han proyectado líneas de referencia dibujadas electrónicamente en las pantallas de cristal líquido de las cámaras digitales.
En definitiva, siempre es mejor colocar el sujeto que se quiere destacar en uno de los puntos fuertes, y situar otros elementos, también importantes, en otros puntos de "cruce ideal" de las líneas. El método es útil también cuando se tienen que colocar distintos detalles, armonizándolos en una escena compleja. En ese caso, el fotógrafo tendrá que encontrar la manera de distribuir los detalles que tienen importancia exactamente sobre los puntos fuertes, para equilibrar así el encuadre definitivo.
Las líneas ideales que conectan los puntos fuertes se pueden considerar de dos en dos; por ejemplo, la vertical de la izquierda combinada con la horizontal de abajo, determinan una composición en L. Ésta, precisamente porque está apoyada sobre puntos fuertes, se verá armoniosamente equilibrada. Las dos franjas libres que están por encima del horizonte acentuarán la sensación de espacios amplios, de visión abierta, y crearán a la derecha una amplia zona libre definida como "espacio negativo", muy apreciada en el ámbito editorial porque permite incluir textos, títulos y elementos gráficos sin "invadir" el objeto fotografiado.
En el momento de fotografiar un paisaje, lo más habitual es encuadrar el horizonte en el tercio inferior. También cabe situar el horizonte a lo largo de la línea superior, de tal modo que gran parte del encuadre esté cubierto por el suelo. Eso aumenta en el espectador el sentido de presencia en el lugar.
CON LA MEJOR LUZ
Además de encuadrar bien, la luz es otro de los secretos para tomar fotografías realmente especiales. No seas perezoso, salta de la cama al amanecer y comprobarás que la luz de primera hora del día tiene una magia especial. Además, en esos momentos estarás solo tomando fotos, otra gran ventaja a tener en cuenta.
¡Anímate a comentar! ?Tu opinión es muy importante para mí?