Esta frase tiene un famoso dueño ... Winston Churchill.
Don Winston fue famoso en la segunda guerra mundial y seguramente aprendió bastante de su pasado.
Aunque quizás no recuerde el fracaso de Galipoli, una trágica batalla de la Primera Guerra Mundial donde se "aprendió" mucho de logística, de organización, de estrategia y etc. etc, y mucho de la estupidez humana (revisa este post si quieres ver algo de liderazgo y estupidez organizacional).
Que fallecieron unos varios miles de soldados de forma insensata producto de una pésima decisión (tomada por Don Winston) y de pésimos supuestos lideres (generales torpes). Eso es historia.
No descarto que gracias al aprendizaje quizás en el futuro se salvaron muchas vidas (esto no incluye a los enemigos), pero hay que valorizar muy bien el fracaso previsto.
El mensaje es claro: intenta evitar el fracaso, y si pasa, fracasa sin afectar a otros o al menos a pocos.
Y algo más, hay que aprender del fracaso.
Pero el aprendizaje no es lo más frecuente en el ser humano. Si no, pregúntenle a los proyectistas que deben sufrir con el principio de que el ser humano es quien más se tropieza en la misma piedra (en este post se verán estos principios).
Y si nos volvemos más complejos. En innovación, al menos hay dos aprendizajes: una cosa es aprender del sistema evaluado y otro es aprender de la evaluación de la evaluación del sistema.
Cliché 6: El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso.
Partamos recordando que parte de la esencia de la innovación, es crear cultura de aceptar el error. Es decir, no tener miedo a equivocarnos. Pero esto tiene dos vertientes según quien se equivoca en el organigrama de la organización.Están los que pueden equivocarse porque nadie les dirá que se equivocaron. O porque su salario les permite equivocarse. O simplemente porque son parte de laboratorios y no son los "conejillos de indias".
Están los que tienen limitado el equivocarse. O los que por su cargo no pueden equivocarse ni experimentar (sometidos a leyes, normas, estándares, etc.) O les llegará el momento en que no les aguantarán más fracasos.
La cuestión aquí es hasta dónde una organización puede soportar económicamente el fracaso. Y hasta donde los directivos, aguantarán sin estresarse, o sin ver que sus utilidades se ven mermadas, por ciclos eternos de aprendizaje organizacional, o sencillamente por aplicar la estrategia de "ensayo-y-error" como un seudo-método.
Además, ir de fracaso en fracaso no se lo pueden permitir todas las personas, porque cada fracaso implica, si bien ganancias en aprendizaje, pérdidas económicas que no muchas personas pueden permitirse. Deja cicatrices y si se es inteligente, que no es lo mismo que innovador, deben medirse las pérdidas versus el valor real del aprendizaje ganado (pregúntenle a las esposas de los soldados muertos en Galipoli).
Otro tema es que no se puede banalizar el error y convertirlo en metodología. Una cosa es aprender del error, y otra es dar ayudas a quienes fracasan para que lo intenten de nuevo y al mismo tiempo reduzcan mucho más sus probabilidades de fracaso sin caer en el aforismo de ir a cuanto fuckup night se cruce en el camino.
Fracasar no es la regla. Ojo, hay emprendedores e innovadores que no han fracasado y les va muy bien. Además que si miramos el porqué muchos fracasaron, aparecen muchas cosas "sabidas de antemano" (poco conocimiento empresarial, estafas, mal modelo de negocio, etc. ).
Fracasar no es el método es una herramienta por si quieres vivir la experiencia de un fracaso y luego dar charlas, o para ganar resiliencia y decir que se es emprendedor serial ... pero nada más.
Y no lo olvides, la innovación tiene mucho de ética pues es un campo que existe porque hay personas. Otra cosa es que entendamos qué es ética.