Como decíamos, todo el mundo recopila y guarda información sobre nosotros sin que podamos controlarlo, al menos no completamente. Algunos ejemplos:
Los sitios webs recogen cookies con las que mostrarnos publicidad relacionada con lo que estamos buscando. Estas cookies a veces se guardan durante mucho tiempo y pueden recoger mucha más información de la que creemos.
Nuestro proveedor de Internet tiene la información de todos los sitios que visitamos y también la conserva durante bastante tiempo. Y en caso de requerimiento legal estará obligado a entregarla.
Muchos creen que usando la navegación privada de su explorador ya tienen este tema resuelto, no hay nada más típico que entrar en navegación de incógnito cuando queremos ver contenido adulto, por ejemplo. Pero esto no es suficiente. Si bien es cierto que cuando estamos en la navegación secreta los datos que pongamos tanto en el navegador como en los formularios no se guardan ni dejan rastrs, esto es sólo a nivel de navegador. La web que visitamos sabrá que la hemos visitado, nuestra compañía de ADSL seguirá teniendo un registro de cuándo, a qué hora, y desde qué dirección hemos visitado esta página, etc.
Lo único que nos protege para navegar seguros por Inteenet es usar un proxy privado, que estemos usando exclusivamente nosotros y que nos garantice que no guardan datos sobre nuestra navegación, es decir, que sean completamente anónimos.
¿Navegas de forma anónima o privada?