Como ya sabemos, los componentes electrónicos son muy sensibles a las temperaturas y pueden estropearse con facilidad si éstas aumentan demasiado.
Cómo afecta el thermal throttling
El mecanismo de defensa más habitual suele ser reducir la frecuencia de funcionamiento del componente, con lo que el rendimiento se ve disminuido de igual manera. Por eso, el thermal throttling puede llegar a ser muy problemático en equipos mal refrigerados. Cosa muy habitual, por ejemplo, en ordenadores portátiles antiguos. Donde la suciedad ha ido atascando los conductos de ventilación y donde la pasta térmica degradada no conduce bien el calor hacia el disipador.
El caso más extremo de thermal throttling que he visto le pasaba al portátil de un amigo. El equipo montaba un i7 antiguo y una gráfica dedicada. Era una bestia de mucho cuidado…
Pues bien, el portátil arrancaba rápido. Al principio iba de maravilla, pero al cabo de 5 o 10 minutos, cada vez se notaba que le costaba más. Abrir pestañas nuevas poco a poco se convertía en una odisea hasta que se hacía inusable. Por lo que procedimos a reiniciarlo…
¡Tardó casi 30 minutos apagarse y en volver a iniciarse! Y todo por culpa del thermal throttling.
Después, decidimos abrir el portátil (cosa nada fácil en algunos modelos) y limpiamos los ventiladores y le cambiamos la pasta térmica al disipador. ¿Resultado? El ordenador es perfectamente usable de nuevo.
Como ves, los efectos del thermal throttling pueden llegar bastante molestos…
A qué componentes afecta
La CPU es el componente que sufre thermal throttling de manera habitual. De hecho puede pasar incluso en ordenadores nuevos, sobre todo en portátiles. Y también, cómo no, en los ordenadores más portátiles que tenemos, los teléfonos móviles.
Muchos procesadores de dispositivos móviles pueden funcionar al 100% de rendimiento solo durante unos minutos mientras la temperatura está en unos niveles razonables.
Con la carga de trabajo, el procesador se va calentando y sino se disipa el calor suficiente, llega el temido thermal throttling, que reduce el rendimiento para que el componente no sufra daños.
También es bastante común que las tarjetas gráficas sufran thermal throttling.
Si aún aplicando la reducción de velocidad, las temperaturas siguen subiendo, lo habitual es que los componentes tengan un segundo sistema de protección…auto apagarse.
Cómo podemos evitar el thermal throttling
Como ya sabes, lo importante es bajar la temperatura de los componentes, por lo que para ello podemos:
Mejorar la refrigeración: ya sea limpiando los componentes antiguos (ventiladores, pasta térmica) como sustituyendolos por otros de mayor calidad o añadiendo ventiladores extra. Ten en cuenta la temperatura ambiente (verano, invierno) y que el ordenador no esté cerca de un radiador o no le dé el sol directamente. También podemos reordenar los cables o los ventiladores.
Bajar el voltaje del componente: esta técnica, también conocida como undervolt permite que el componente consuma menos electricidad, lo que se traduce en una menor generación de calor. Este método tiene el beneficio de que al consumir menos, se aumenta la autonomía de la batería.
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