En la barra de herramientas, junto al Tampón de clonar y al Pincel está la herramienta Pincel de ojos rojos. Si no ves esta herramienta, tendrás que hacer clic y mantener el botón izquierdo del ratón pulsado hasta que aparezca el menú desplegable, donde podrás seleccionarla.
Al activarla, aparecen inmediatamente en la barra de opciones dos nuevos controles: Tamaño de pupila, que regula la dimensión de la selección realizada, y Cantidad de oscurecimiento, que determina en qué medida se oscurecerá la pupila.
Una vez fijados los dos valores, basta con seleccionar un área que incluya la zona del ojo que quieres corregir para permitir a Photoshop reconocer el color rojo en dicha zona y modificarlo. Automáticamente, el programa efectuará la corrección. Si no estás satisfecho con el resultado, se puede anular la operación y repetirla con otros valores de Tamaño de pupila o de Cantidad de oscurecimiento.
Existe otro método de lograr idéntico resultado. Hay que utilizar la herramienta Esponja como un simple pincel y seleccionar el modo Desaturar para eliminar el dominio del rojo en la retina.
Después hay que seleccionar la herramienta Subexponer para oscurecer el color en la medida deseada. Este segundo método de actuación es útil cuando la pupila no aparece roja sino de otro color (ocurre, por ejemplo, cuando se fotografía algunos animales).
Puedes usar este método también si quieres cambiar el color de los ojos de una persona, colocándole una especie de lentilla de color digital. Diviértete haciendo todo tipo de pruebas y cambiando el look de tus amigos.
EN LA TOMA
Si quieres evitarte todo este trabajo de corrección del defecto de los ojos rojos, debes aplicar alguno de estos trucos al tomar la fotografía:
Evitar que el flash incida de forma directa sobre el sujeto; hay que desviarlo (si el flash lo permite) hacia el techo o hacia una pared.
Aumentar la luz de ambiente en la sala.
Utilizar las funciones de la cámara, si cuenta con ellas, para reducir los ojos rojos (son unos "preflashes", que aparecen antes del disparo).
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