Existen decenas de tiendas en Internet que imprimen estos folioscopios, pero si le dedicas un poco de tiempo, podrás hacer los tuyos propios, mucho más personales.
En primer lugar, selecciona el fragmento de vídeo que quieres utilizar o graba uno para la ocasión. La duración máxima no debería superar los tres segundos. Asegúrate que el sujeto que grabas se encuentra a la derecha del fotograma, de modo que no quede tapado después de la encuadernación.
Abre el vídeo en Photoshop. Comprueba en Imagen/Tamaño de imagen que las dimensiones del vídeo sean de 320x240 píxeles (si no es así, ajústalo a ese tamaño).
Abre la línea de tiempo desde la ventana/animación. Para obtener unas 100 fotografías tienes que usar una grabación de unos seis segundos si la has grabado a 15 fps (frames por segundo) o de 3 segundos con una grabación de 30 fps.
Haz clic en Archivo/Importar/Cuadros de vídeo a capas y selecciona tu vídeo. Mientras mantienes pulsada la tecla Mayúsculas, escoge el intervalo que quieres utilizar.
Ahora deberías tener un archivo con unas 100 capas. Si son más de 100, selecciona algunas del principio o del final y elimínalas.
Si pulsas sobre el botón Reproducir de la línea de tiempo podrás visualizar tu animación y controlar que el proceso se ha efectuado de forma correcta.
Ahora hay que exportar los fotogramas en archivos de imagen individuales. Para ello, tienes que seleccionar Archivo/Secuencias de comandos/Exporta capas a archivos, indicar una carpeta de destino y esperar que el ordenador realice la operación.
Acto seguido, crea las pruebas para imprimir. Imprime las hojas y recorta las imágenes (presta la máxima atención para no cambiar el orden de los fotogramas). Si es preciso, escribe el orden en la parte trasera de las imágenes antes de recortarlas. Si te es posible usa una guillotina o un cúter y una regla.
Coloca las hojas con cuidado para que el margen derecho quede perfectamente alineado. Puedes llevarlo a encuadernar a una copistería, o puedes encuadernarlo tú mismo con gomas elásticas y una mordaza. Usa el taladro para agujerearlas y pasa, finalmente, unos tornillos por los orificios.
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