Respecto a la cantidad correcta de luz que tiene que llegar al sensor (o a la película) hay sistemas de exposición (controlados automáticamente o de forma manual) basados en la mejor combinación de tiempo de exposición y diafragma. Respecto a la calidad de la luz se deben respetar ciertas reglas.
Partimos de la siguiente premisa: la luz visible es una radiación electromagnética caracterizada por una longitud de onda que va de los 400 a los 750 nm (nanómetros).
Cerca de las radiaciones más cortas (en los 400 nm) encontramos el violeta; en los 450, el azul; en 550, el verde; y más allá de esos valores, el amarillo, el naranja y el rojo.
Pero algunas de estas fuentes de luz no están equilibradas, es decir, no contienen en porcentajes uniformes la misma cantidad de tonalidades azules, verdes y rojas. Por ejemplo, las bombillas domésticas normales, las de tungsteno, tienen un porcentaje de radiaciones rojas superiores a las del azul.
Y al contrario, la luz que encontramos en la alta montaña tiene un porcentaje de azul muy superior al del rojo. ¿Qué ocurre en la práctica? Que una fotografía tomada con una luz desequilibrada provocará una dominante (es decir, un resultado inexacto).
Los grados Kelvin (ºK) son la unidad de medida del color de la luz. Cada fuente de luz tiene una temperatura de color específica, que se mide con unos instrumentos especiales llamados termocolorímetros.
El valor medio de la luz blanca, que proporciona un resultado cromático neutro, es de 5.500 ºK. Es la luz típica de un día claro al mediodía (la luz va cambiando desde la salida a la puesta de sol).
Basándose en este valor se calibran las películas de luz diurna; la luz del flash, los visores para diapositivas, etc. Una luz que tenga un valor inferior a los 5.500 ºK resultará más cálida (y esta dominante será más evidente cuanto menor sea el valor Kelvin). En cambio, si el valor es superior la luz resultará más fría.
En la tabla puedes encontrar las referencias en grados kelvin de algunas de las fuentes de luz más comunes. Aprende a valorar este elemento y a reconocer la calidad cromática de tu fuente de iluminación principal. Las películas se fabrican para responder correctamente a una única fuente de luz. Las hay para luz diurna, y películas especiales para fotografiar con luz artificial.
La fotografía digital es más flexible, puesto que puede autorregularse (con el sistema de balance automático de blancos), y permite seleccionar un tipo determinado de condición de luz (exterior, nublado, tungsteno...)
¡Anímate a comentar! ?Tu opinión es muy importante para mí?