Ni bien empezaron a llegar los nuevos Galaxy Note 7 y ya empezaron los problemas: algunos modelos se han incendiado espontáneamente.
Después de 35 reclamos a la compañía, por fin ha respondido en un comunicado oficial y en resumidas cuentas, cambiará los equipos vendidos por unos nuevos y retirará otros 2.5 millones que ya estaban en puntos de venta.
Koh Dong-jin, presidente de Samsung ha salido a dar declaraciones oficiales en nombre de la compañía, resaltando el interés máximo por la seguridad de sus usuarios:
“Hubo un pequeño problema en el proceso de fabricación, de modo que fue realmente complicado deducir qué provocaba el fallo. Retirar todos los dispositivos nos costará tanto dinero que hace que me duela el corazón, pero la razón por la que tomamos esta decisión es porque creemos que la seguridad de nuestros consumidores es lo más importante.”
El objetivo de la compañía es verificar que las baterías no contengan el fallo encontrado por la compañía tras una minuciosa revisión y por eso la decisión de reemplazarlos.
Este incidente ha obligado a Samsung a suspender de momento el lanzamiento internacional del Note 7 y lo peor es que el iPhone 7 está a la vuelta de la esquina.
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